Carta dirigida al cambio📜
De: Mi 🥰
Para: ti 🫶🏻
Puedo asegurar que el afrontar algunos de los ítems descritos a continuación, generan de menor a mayor medida algo de incomodidad, temor, ansiedad e incertidumbre:
✅Se acaba la relación.
✅Pierdes tu trabajo.
✅Intentas ampliar tu punto de vista frente a una idea que ya tienes establecida.
✅Te vas a mudar.
✅Perdemos a alguien que amamos.
✅Nos divorciamos.
Sentados en una cafetería del Eixample en Barcelona con uno de mis grandes amigos, surge una de las frases que quiero remarcar aquí, la cual desprende el tema central de mi escrito.
"Lo único inevitable es el cambio, todo lo que nos rodea está sujeto a él"
A pesar de que quizás esta frase es una de las verdades y leyes absolutas por las que nos regimos como seres humanos, pude experimentar un poco de incomodidad ante la frase. Somos seres adaptables pero no nos gusta el cambio, a veces nos cuesta, nos resistimos a él.
Recuerdo muchas de las frases de amigos y conocidos quienes en su búsqueda incluyen estabilidad en medio del cambio: "Quiero un trabajo que me dé estabilidad" "Quiero tener estabilidad financiera " y la frase más compleja, que personalmente me da alergia "Quiero conocer a alguien quien me dé estabilidad"
¿Porqué nos resistimos al cambio? Porqué nos incomodamos ante estos hechos? ¿Cuál es la causa? ¿Porqué ante el grito desesperado de nuestro interior quien nos pide que generemos un cambio, nos cuesta y nos pone en duda? Genéticamente estamos preparados para ello y ante toda situación de cambio logramos adaptarnos (En un contexto dónde un % alto de personas lo puede lograr).
La psicología ha introducido un término desde la perspectiva cognitiva, el cuál se conoce como: Economía cognitiva, esta es definida como la predisposición y preferencia natural a procesar de forma rápida y eficaz aquella información que complementa nuestra estructura mental. En otras palabras: Procesamos rápidamente aquello que pueda nutrir nuestros patrones de pensamiento, ideologías y creencias ya establecidas. Lo mejor de todo es que luego nos reafirmamos al encontrar evidencias basadas en hechos reales que comprueban lo establecido previamente. Por ejemplo, a la idea de: "Todos los hombres nos traicionan" tiene mayor fuerza a partir del segundo hecho que repitamos, es más fácil para nosotros pensar en esa idea 💡que en analizar las causas propias. Seguramente son diferentes.
El intento de interiorizar nueva información que modifique estructuras fijas de pensamiento nos costará más trabajo mental que procesar aquella que alimente lo que ya hemos instaurado en nuestros pensamientos, complementando así la definición del mundo que tenemos ante nuestros ojos. Por eso preferimos quedarnos con lo que ya hemos definido del mundo, que aventurarnos a cambiar lo establecido.
Lo diferente, nuevo y poco convencional lo vemos al principio como algo raro y hasta lo esquivamos. No nos gusta nada el esfuerzo mental que supone cambiar o reformar nuestra estructura. Ahora ¿Esta podría ser la razón por lo que nos puede incomodar en cierta medida cualquier cambio al que estamos sujeto? No es la única, somos tan complejos que no podríamos derivar una única causa. Las emociones intensas y percibidas como incomodas pueden ser otro de los motivos. Tengamos en cuenta que como humanos también nos resistimos al dolor, sufrimiento e incertidumbre que genera cada evento al que damos frente.
Ya hemos hablado sobre los cambios inesperados, aquellos que nos toman por sorpresa. Aquellos los cuales nos exigen herramientas para su afrontamiento, si no las tenemos, las generamos. ¿Qué hay de los cambios necesarios? Aquellos que dependen únicamente de nuestra voluntad y que en ocasiones por miedo e incertidumbre no tomamos el riesgo de asumirlos. Puedo asegurar que muchos de los que están leyendo esta carta han tenido que tomar la decisión de gestionar un cambio voluntariamente, no sólo por la circunstancia que ha propiciado dicha decisión sino por los gritos de aquella voz interior quien nos lo exigía.
En los dos casos en los que se genera el cambio tenemos el mismo resultado. Hay resistencia e incluso para los más arriesgados que lo asumen, les hace dudar prolongando así sus jornadas de mediación. ¿Porqué pasa esto? ¿Porqué me pasa a mí?
Cómo seres humanos tenemos el hábito de personalizar cada suceso, darle el valor que merece de acuerdo a su nivel de impacto. ¡Esto es una tragedia! ¡No puede ser! Cuando de fondo lo que sucede es lo mismo siempre: Estamos cambiando, el contexto en el que nos movemos está cambiando, todo cambia. No quiero para nada invalidar lo que cada uno vive, eso es lo más valioso de todo y lo que nos hace únicos. Si considero que podemos darle la vuelta a la forma en la que vemos cada situación de cambio. ¿Qué nos genera? ¿Qué nos dicen nuestras emociones? Le daremos el tiempo y espacio para acompañarnos a nosotros mismos en ese proceso. No es fácil, pero seguro no seremos los mismos de ayer e incluso después de esta carta no serás el mismo de hace cinco minutos.
El resultado del cambio genera aprendizaje, de todo tipo. Nos pone a prueba constantemente y enriquece nuestra fuerza interior, aquella de la que he venido escribiendo en otros escritos de mi blog. Ver aquí el articulo completo de la fuerza interior.
"Cuando ya no somos capaces de cambiar alguna situación, nos encontramos con el desafío de cambiarnos a nosotros mismos" Víctor Frankl
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