Carta dirigida al miedo 📜😨
Actualizado: 23 ene
De: Mi 🫶🏻
Para: Ti🥰
¿Quiénes de los que están leyendo este texto no ha sentido miedo? Seguro que nadie, como emoción primaria y en principio señal de alerta para nuestro organismo. El miedo se experimenta cuando percibimos algún contexto, lugar, persona e incluso pensamiento como peligros@s. En psicología hablamos de lucha o huida en caso de enfrentarnos a algún estimulo que nos vulnera. No sólo sentimos miedo, nuestra experiencia es tan fuerte sintiéndolo que pensamos que es lo único que hay pero pueden surgir muchas emociones más (Ya hablaremos en cada carta sobre todas las emociones, me comprometo a escribir tantas cartas como número de emociones que tengamos 😂).
El miedo nos reduce, nos pone en duda, nos entristece, nos frustra, nos aparta, nos confronta. No es para nada cómodo gestionarlo. También nos motiva, nos pone en alerta e increíblemente nos protege. En esta carta hablaremos del miedo desde todas las perspectivas, hablaremos de él como nunca antes.
El miedo, descrita como una emoción, tiene junto a las demás un principio adaptativo. Ha servido como señal de alerta para la gran mayoría de especies, quienes a través del mismo perciben el peligro, sin él prácticamente no podríamos vivir. Imagina por un momento que el miedo no existiese ¿Cómo sería? No podríamos evitar que un coche nos atropellara, tampoco podríamos percibir el peligro al ver un atraco. Esta emoción es necesaria para nuestra supervivencia.
El miedo puede ser funcional, en muchos casos puede ayudarnos a poner en valor las relaciones que tenemos ¿Qué tiene que ver esto con la experiencia del miedo? Lo pongo en un ejemplo:
¿Qué nos puede decir el miedo de perder a nuestros seres queridos? ¿De perder una amistad o relación? No nos quedemos con lo incómodo que puede ser, vamos más allá, ¡A por su mensaje! Este es claro: Saquemos el máximo provecho de nuestras relaciones para conservarlas, invirtiendo recursos, espacios y tiempo en aquella relación, fortaleciendo ese valor y vínculo que tenemos con ellos.
El miedo también puede ser fuente de motivación. Por ejemplo: El miedo a dar un discurso en público nos invita a preparar con antelación el contenido de nuestra exposición. El miedo de no cumplir nuestros objetivos nos preparará en parte para cumplirlos. Como estos, podría seguir dando ejemplos en el que el miedo puede ser gasolina de nuestra propia motivación.
¿Qué hay del miedo poco funcional? Aquel que nos abruma y se genera por un montón de razones inexistentes y anticipatorias. Yo le llamo miedo sin motivo real o aparente. Aquel que surge como resultado de nuestros pensamientos, algunos de ellos intrusivos e incómodos. El miedo también nos limita ¿Quiénes no han asumido el riesgo de tomar alguna decisión o asumir algún proyecto por miedo al fracaso? Yo el primero. El miedo nos corta las alas e incluso nos bloquea. A veces su gestión se hace tan incontrolable que nos boicoteamos, nos apartamos e incluso nos reducimos ante nuestros retos del día a día.
El miedo sin su adecuada gestión nos aparta de nuestro propio reconocimiento, nos nubla la visión y la percepción de lo que podemos alcanzar impactando todas las áreas de interacción que tenemos en nuestra vida. En este punto el miedo es la base de muchos problemas de salud mental que conocemos a día de hoy: El miedo de lo que puede suceder o no (ansiedad generalizada), el miedo exacerbado a morir (pánico), el miedo e incomodidad extrema frente a un estimulo en concreto (fobias), el miedo a salir a la calle (agorafobia), entre muchos más.
Ya hemos dado un repaso desde varias perspectivas de cómo es tomado y visto el miedo, empezando por su función adaptativa e instintiva, pasando a ser visto como fuente de motivación y lucha para mantenernos en pie y proteger lo que más amamos. Hasta hemos hablado de su foco disfuncional y nocivo en su inadecuada gestión.
Ahora, una vez repasado precisamente estos ítems del miedo ¿Es esta la emoción tildada como negativa la que debemos evitar? O ¿Es la gestión de la misma emoción a la que debemos prestar atención? El problema no es experimentar el miedo, el problema viene causado por su gestión. Todas las emociones tienen un mensaje principal en su experimentación. Los problemas mencionados anteriormente denotan terror a experimentarlo. Lo que no sabemos es que en ocasiones le damos tanta importancia a tal punto de obsesionarnos con él y ante el hecho de la experiencia tan incómoda que vivimos no capturamos el mensaje que nos quiere transmitir.
La clave como lo he mencionado previamente no está en evitarlo, es en entender su mensaje (Es un tipo de lenguaje que nuestra mente y organismo utiliza) será necesaria la fuerza interior (Ver más detalles de la fuerza interior en otra de mis cartas dirigidas) para someter el miedo a una dosis de realismo en el que valoraremos si su función resulta adaptativa o no de acuerdo a la situación evaluada.
Por ejemplo, el miedo al fracaso, es una emoción muy válida que deberá ser sometida a un hecho empírico, en el que evaluamos si realmente por nuestros hechos, méritos y procesos estamos fracasando. Es un hecho subjetivo pero en el fondo ese miedo al fracaso es una alerta para determinar el estado de nuestros proyectos y si es necesaria una revisión de los mismos. Y ya que estamos, sería interesante entender el origen de ese miedo, con qué frecuencia aparece, entender los contextos que lo generan y su racionalidad (tranqui, poco a poco 🫶🏻)
En conclusión y para no extenderme más, debemos contemplar la lectura de las emociones como una señal de trabajo constante y preparación para la adaptación. No es fácil, pues cada uno de nosotros es protagonista de lo que siente y su experiencia emocional es igual de importante a la de los demás. La nula gestión del miedo nos aparta, nos entristece e incluso nos hace abandonar o evitar aquello de lo que podemos hacer frente y trabajar, recuerda que somos especies adaptables, inteligentes y biológicamente estamos preparados para asumir retos y desafíos.
Aprende a leer el miedo como una voz más, aquella incomodidad perderá validez una vez se someta 1000 veces 1000 en entender el mensaje que nos quiere transmitir.
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