¿Por qué nos sentimos culpables? Entendiendo el mensaje de la culpa 📜🥺
Carta dirigida a la culpa 📜
De: Mi 🤗
Para: Ti 💗
Continuando con esta temporada de escritos en la que cada carta escribiré sobre una emoción en particular, ver aquí el primer articulo de esta temporada en el que hablo del miedo😨. En este escrito me centraré en la culpa.
Vamos a hablar de la culpa como nunca antes. Hablaremos de su composición, descifraremos su mensaje y daré algunas recomendaciones para la gestión de la misma.
¿Qué podríamos decir de la culpa? Y aquí es donde nos viene el suspiro...… Dedico este suspiro a todos aquellos quienes sufren constantemente una tormenta debido a la gestión de esta emoción. La culpa, al igual que el miedo funciona como un estado de alarma, la cuál surge de la creencia o sensación de haber traspasado la línea, aquella línea de orden personal, social o ético. También aparece cuando por omisión o ejecución nuestra conducta produce un daño o malestar en el otro o en nosotros mismos.
La experimentación de esta emoción es tan intensa que también nos limita, nos bloquea e incluso puede venir acompañada de otras emociones tales como: la vergüenza, el miedo, la frustración, el arrepentimiento e incluso el enfado. La culpa es la evaluación constante de nuestros actos, del efecto que producimos en el otro y en nosotros mismos. Solemos estar también predispuestos a ella, a diferencia del miedo, la culpa nos confronta constantemente con nosotros mismos, es un tú a tú, es 1 a 1.
¿Por qué lo hice de esta forma? Creo que podría haberlo hecho mejor ¿Por qué no lo hice?
Estos son incógnitos los cuales pueden activar la emoción o mantenerla. Aquella confrontación nos hace entrever con un sabor amargo que podríamos haberlo hecho mejor, que no ha sido suficiente. Nos genera emociones contrapuestas hasta el punto de indisponernos.
Pero ¿Está del todo mal? Como lo hemos mencionado en la anterior carta e incluso en algunos foros o conversaciones que tengo con cercanos y conocidos, hoy quiero hacer énfasis en ello nuevamente: Las emociones no tienen connotaciones negativas, son un puente de comunicación entre nosotros mismos y el mundo que percibimos, las emociones tienen de fondo un mensaje que va más allá de la percepción de su experimentación.
Entendiendo el mensaje de fondo, en ocasiones la culpa nos avisa que podemos hacerlo mejor, incluso nos puede motivar a mejorar. Por ejemplo: Podemos sentir culpa al perder un examen ya que por nuestros propios medios evaluamos que tuvimos oportunidad de estudiar mas y mejor. Esta emoción nos ayudará a entender la importancia de prepararnos para el siguiente.
La culpa ocasionada por el daño que hacemos a una persona demuestra en parte la importancia que tiene para nosotros, nos ayuda a entender que campos o aspectos son intocables en la relación que tenemos con los demás para no pasar de nuevo esa línea.
La culpa nos insta a reparar, nos refleja el límite, también puede ser indicadora de la importancia que tiene para nosotros el efecto que producimos en las personas que nos rodean, parte de la nobleza y empatía se dejan entrever en la experimentación de esta emoción. El trabajo importante es la gestión de la culpa. ¿Qué aspectos puedo tener en cuenta para gestionar la intensificación de la culpa y el martirio constante?
Habla sobre ello: Lo principal es reconocernos a nosotros mismos y los implicados la emoción imperante, las emociones deben transcurrir. El reconocimiento de la misma ayuda a quitar parte de su propio peso.
Reconocer que todos fallamos: Entender que el ser humano aprende también por ensayo y error, los seres humanos constantemente fallamos, también nos fallamos a nosotros mismos. Estar dispuesto a aprender para no volver a fallar, ayuda a entender en parte el mensaje de la culpa.
Tener en cuenta las verdaderas intenciones: El feedback, las sugerencias, los comentarios e incluso las recomendaciones de nuestros cercanos no tienen otro fin que sugerir lo que el otro considera que es mejor para nosotros. No tiene que ver con evaluar nuestros actos, ni indicar que estamos fallando.
Anticipación cero: Nada de anticiparnos o predisponernos, cualquier lectura que hagamos de alguna situación cercana a la culpa, la activará sin que necesariamente tenga ese fin.
Descubrir el origen: Determinar si existe o no una presión interna constante, si también esto ha sido invocado por nuestros padres. Rompe con ello.
Con la implementación de algunos de estos tips la intensidad de la culpa puede disminuir, eso si, esta emoción nunca desaparecerá, no tenemos la varita mágica. Sentir culpa hace parte de nuestra adaptación constante y refleja gran parte de nuestros valores.
Entonces ¿Abrazamos la culpa? Esta es nuestra supervisora constante, la cuál en sana medida puede orientar tus actos en base a tus valores y anhelos proyectando el escenario ideal.
¡Abraza! La culpa es esa jefa al oído, nunca te dirá lo que quieres escuchar, es fría, cruel pero siempre querrá lo mejor para ti. 😶🌫️
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